Mirando el cielo y apenas tengo conciencia deambulando las paginas amarillentas me descubro viendo tus fotos. Se me hace tarde de nuevo me descubro pensando en ti. Cierro los ojos; descanso para dormir, y me despierta un susurro. Soy yo mismo pronunciando tu nombre. De regreso a casa, me descubro escribiéndote y describiéndote con mis pensamientos.
Y llegas:
-Hola
-Hola
No más palabras, no más protocolos. Es suficiente para que mi boca selle otro tipo de palabras en tu cuerpo. Y comenzamos una furiosa batalla intentando hacernos uno al otro, sin más preámbulos. Tus dedos dejando surcos en mi piel, electrizando mi alma con algún tipo de magia seductora y divina. Sudor y cansancio.Cierro los ojos. Me asusto, porque sufro un dèja-vu pues cuando los abro no estás. Solo me queda una soledad, el contorno de tu cuerpo que logro adivinar en medio de las sábanas retorcidas. Y tu olor.
Descubro que me siento solo. Cierro los ojos y miles de recuerdos galopan por mi mente como una manada desbocada, pero no logro distinguir cuál es el mejor para atraparlo. Todos quieren ser el primero y el único. En medio de esa marejada de sensaciones, me despierta una caricia.
-¡Estas aqui!
-Si, sólo fui a arreglarme el pelo.
-¡Cómo te extrañé!
-Pero si sólo fue un minuto...que cosas dices.
Y comenzamos un segundo intento de ser una sola carne.....
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